Tarta de queso cremosa al horno, sin harina

Me encantan las tartas de queso, creo que junto con las de manzana son de mis tartas preferidas. Tengo varias de ambas en el blog y seguro que seguiré teniendo muchas más, porque no me puedo resistir a ellas.

Hoy os dejo una que me ha encantado, super cremosa, y aunque está hecha al horno, su textura, es suave, y cremosa y más bien parece una mousse de queso que una tarta de queso horneada. Además al no llevar harina es apta para celíacos si ponemos las galletas sin gluten.

En cuanto vi el correo que nos mandó Rocío, del blog Chismes y cacharros, con el desafío de este mes, no me lo pensé y me decidí a hacerla, para disfrutar de un postre maravilloso.

Os la recomiendo, es deliciosa!!
Si queréis ver el resto de recetas pinchad aquí.

Os dejo la receta en vídeo y os invito a suscribiros a mi canal de YouTube.

  

Ingredientes para un molde de 20cm:

Para la base de galletas:
     -   180g de galletas maría o similares o galletas sin gluten
     -   62g de mantequilla derretida
     -   1/2 cucharadita de canela molida
Para la tarta:
     -   750g de queso philadelphia
     -   125g de nata para montar (crema de leche)
     -   150g de azúcar
     -   1 cucharadita de esencia de vainilla
     -   las semillas de una vaina de vainilla
     -   3 huevos enteros M y 2 yemas

Primero hacemos la base de galletas:

Forramos los laterales de un molde desmontable por los lados dejando que sobresalga un poco por arriba , por si la tarta sube al cocer.

Trituramos las galletas en la picadora y las mezclamos con la mantequilla derretida. Cubrimos  todo el fondo del molde, y un poco por los laterales, como 3 cm. La aplastamos bien para que quede pegada y la horneamos 10 minutos con el horno precalentado a 180ºC.

Mientras se hornea, hacemos la crema de queso:

En la cubeta de la amasadora ponemos el queso fhiladelfhia, la nata, la esencia de vainilla, y las semillas de la vaina de vainilla, el azúcar y los huevos. Lo mezclamos todo con las varillas mezcladoras a velocidad media-baja,  hasta que quede una crema sin grumos.

Sacamos el molde, dejamos que temple un poco y echamos la masa.
Subimos la temperatura del horno a 200ºC y la horneamos unos 15 minutos, luego bajamos la temperatura del horno a 100ºC y la horneamos durante 1 hora.

La sacamos del horno, veremos que la tarta tiembla mucho por el centro, es lo normal, esa es la textura perfecta. Le pasamos un cuchillo por el borde de arriba para despegarla un poquito y la dejamos enfriar del todo a temperatura ambiente. Una vez fría la metemos en el frigorífico durante 24 horas antes de consumirla.

Podemos comerla tal cual, y es una delicia o acompañarla de fruta fresca, mermelada o lo que os apetezca, pero yo os recomiendo que la comáis tal cual...para disfrutarla mejor.

¡Es deliciosa!

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